La saga de los Font, un tarjetero chino y el himno de la Semana Santa
FOTO: Montaje de amarguras.es

«En la calle de la Amargura. Oyense los rumores del cortejo que conduce al redentor». Así comienza la descripción con la que Manuel Font de Anta quiso explicar ‘Amarguras’, su marcha más célebre y, posiblemente, la más famosa y popular de la historia. Esa que cuenta con el gran privilegio de ser considerada como el himno de la Semana Santa. Una composición convertida en referente cuyo origen se remonta más de cien años atrás.

Fue en 1919, más concretamente el 19 de marzo de este mismo año, cuando la marcha fue firmada y entregada. Una efeméride cuyo centenario se conmemoró el pasado 2019 con la celebración de varios actos organizados por la Hermandad de la Amargura. Aunque el origen de ‘Amarguras’ se remonta a mucho antes del año en el que fue entregada.

Todo comenzó en 1876 cuando José Font Marimont, iniciador de la saga de los Font, se traslada a Andalucía. José Font era un militar y músico que fue destinado al Regimiento Soria Nº9 de Sevilla. Fue nombrado director de la banda militar de dicho Regimiento y ahí comenzó a realizar sus primeras composiciones musicales para la Semana Santa. De hecho, fue el primer músico que realizó una marcha específicamente para la Semana Santa. Se trata de la marcha ‘Quinta Angustia’, entregada en 1891. Una composición de carácter luctuoso dedicada a la Hermandad que lleva su mismo nombre que se sigue interpretando a día de hoy. ‘Quinta Angustia’ tiene gran importancia en la historia de la Semana Santa, pues estableció un estilo y unos cánones que fueron seguidos por los compositores posteriores.

Uno de ellos fue Manuel Font Fernández de la Herranz, hijo de José Font y segunda generación de los Font. Manuel Font también fue músico y militar, además de un magnífico instrumentista. También fue uno de los impulsores de la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla, a la que dirigió durante 37 años. Se dice que la Banda Municipal surgió a raíz de una iniciativa del propio Manuel Font, que enseñaba música a los niños huérfanos que se encontraban en el Hospicio de San Fernando. Con ellos formó una agrupación musical de gran calidad que fue municipalizada en 1910 por el Ayuntamiento de Sevilla. Compuso también varias de Semana Santa como ‘La Sagrada Lanzada’, ‘A la memoria de mi padre’ o ‘Expiración’, entre otras muchas.

Sus dos hijos, Manuel Font de Anta y José Font de Anta, fueron los encargados de seguir con la tradición musical de su padre y abuelo. Manuel y José eran la tercera generación de los Font. Fueron dos músicos de gran prestigio cuyo trabajo y obra musical fue de gran importancia. Manuel cursó estudios de piano en París, donde conoció a uno de los músicos españoles más importantes de la historia como Manuel de Falla.

José, por su parte, estudió violín en Bruselas, obteniendo además el primer premio de su promoción. Ambos tuvieron que volver a España por culpa de la Primera Guerra Mundial, que comenzó en 1914. Fue entonces cuando se dedicaron a dar conciertos juntos por todo el país. Al terminar la guerra, en 1918, José vuelve a Bruselas para buscar a una mujer, hija de uno de sus profesores, con la que tenía una fuerte relación sentimental.

Llegó en 1919, pero por desgracia, aquella mujer había fallecido a causa de un bombardeo. Pero la tragedia fue mayor cuando José Font se enteró que había nacido un hijo suyo que también había fallecido junto a su madre. Aquel acontecimiento le marcó para toda la vida y le hizo sentir la música de una forma más intimista. Se trasladó entonces a Madrid para vivir con su hermano Manuel, que por aquel entonces ya era un músico de gran prestigio. Era un cupletista muy famoso y reconocido por la prensa.

Fue en esta época cuando se originó la marcha ‘Amarguras’, que surgió a raíz de la insistencia de Rafael Montaño, mayordomo de la Hermandad de la Amargura. Montaño tenía una fantástica relación con Manuel Font padre y conocía el enorme talento musical de sus hijos, por eso deseaba que Manuel le compusiera una marcha a la Virgen. Manuel Font hijo, que vivía en Madrid junto a su hermano en ese momento, parecía rechazar el encargo en un principio debido a la alta carga de trabajo, pero entonces intervino su padre, Manuel Font Fernández, que le envió a Madrid un tarjetero chino que contenía cuatro estampas de la Virgen de la Amargura. El tarjetero incluía también una carta que decía: «Ya que a mí no me haces caso, ¿Serías capaz de negárselo a la Virgen que te mando?».

Las cuatro estampas de la Virgen de la Amargura y aquel mensaje de su padre fueron la inspiración necesaria para que Manuel Font pudiera componer la marcha, estrenada oficialmente el Domingo de Ramos de 1919. Con esta marcha, Manuel pretende representar la escena de la Calle de la Amargura en la que Jesús, cargando con la cruz, se encuentra con la Virgen. En la partitura entregada y firmada por Manuel Font de Anta, el propio autor incluye un guion literario en el que explica cada una de las partes que componen la marcha.

«En la Calle de la Amargura, Oyense los rumores del cortejo que conduce al Redentor. Los primeros compases, que sustituyen al tema fundamental de la obra, describen la omnipotencia de Cristo. Continúa el poema con el desarrollo del tema inicial. Constituye el segundo motivo una frase de apacible dulzura, inspirada en las consoladoras palabras de San Juan a la Virgen, esta frase llega a su más alto grade de sonoridad. Seguidamente comienza el tercer motivo, en forma de Coral, en pianísimo, evocador de los rezos de los creyentes, y es interrumpida varias veces por las trompetas romanas. Continúa el Coral en fortísimo. Alejándose el cortejo dejándose escuchar de nuevo el tema base de la obra… El cortejo ha desaparecido. Oyense los comienzos de una saeta, interrumpida por las campanas, saeta que queda sin terminar como invitando al pueblo para que continúe; seguidamente, termina el poema con la frase, en fortísimo, fundamento del mismo», escribió Manuel Font.

La marcha, a pesar de sonar por primera vez en 1919, no fue registrada de manera oficial hasta 1922. Fue entonces cuando surgió una pequeña controversia respecto a la verdadera autoría de la composición, ya que fue José Font, y no Manuel, el encargado de registrarla. Pero la marcha, como se puede apreciar en la partitura original, está firmada por Manuel Font de Anta. Al menos, así o afirma Francisco Javier Gutiérrez Juan, actual directo de la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla.

Este, en un reportaje realizado por Ondaluz en 2018, afirma que José Font registró varias marchas a su nombre el 14 de julio de 1922, entre ellas ‘Amarguras’ o ‘Soleá dame la mano’, ambas de Manuel. El motivo por el que José registró estas composiciones a su nombre, según Francisco Javier Gutiérrez, fue circunstancial. Al ser él el encargado de llevarlas al registro, se vería obligado a poner su nombre en la documentación oficial, pero nada más. Tanto ‘Amarguras’ como ‘Soleá dame la mano’, fueron escritas por Manuel Font de Anta.

Aunque las dos marchas, sobre todo ‘Amarguras’, tienen un poco de todos los miembros de la familia. Manuel Font Fernández, padre de ambos, fue el encargado de realizar la instrumentación de la marcha. Además, cuando Manuel escribió la partitura, estaba junto a José en Madrid. Es muy probable, por tanto, que José ayudara a su hermano en algún momento de la composición.

El resultado final, ‘Amarguras’, fue una marcha que tuvo un éxito extraordinario desde el mismo día en el que sonó por primera vez. Un éxito que, por desgracia, su autor no pudo disfrutar demasiado tiempo. El 20 de noviembre de 1936, en plena Guerra Civil española, Manuel Font de Anta fue fusilado por milicias republicanas cuando intentaba proteger a su hijo, que era perseguido por su vinculación con Falange.

Al finalizar la Guerra Civil, su hermano José fue a Madrid para encontrar sus restos. Tras la exhumación, los restos mortales de Manuel fueron trasladados hasta Sevilla para ser enterrados en un panteón diseñado por el prestigioso arquitecto Aníbal González. José, después del trágico suceso, decidió abandonar el ejercicio público de la música. Siguió tocando su violín y componiendo, pero solo en el silencio de su casa.

«Mi padre lo quería tanto que dejó la música al morir su hermano, incluso sus hijos quisimos continuar la saga, nunca quiso. La música murió cuando mataron a mi tío», afirmó José Ignacio Font, hijo de José Font, en unas declaraciones recogidas por Javier Macías en Pasión en Sevilla. José Ignacio, también acaba con el ‘debate’ de la autoría de ‘Amarguras’: «Cómo iba mi padre a hacerle la ‘charraná’ a mi tío de atribuirse algo que no hiciera él, incluso en vida. De hecho, cuando ambos componían algo, lo registraba a nombre de los dos».

Ya en 1988, José Font, muy mayor y postrado en una silla, fue a ver a la Virgen de la Amargura como era habitual cada Domingo de Ramos. Se encontraba en la calle Tetuán, junto a su hijo, y allí coincidió con Manuel Caballero, un importante vestidor que era muy amigo de José. Al verle, Manuel se dirigió al fiscal de paso y le dijo: «Hermano, en aquella esquina se encuentra José Font de Anta, autor de la marcha de la Virgen, que probablemente sea la última vez que la vea en la calle. Sé que el horario es el horario, pero solo le pido que, si puede ser, detenga a la Virgen en ese sitio. Muchas gracias».

El nazareno asintió en silencio y el paso de la Virgen comenzó a revirar justo en la esquina donde se encontraba José Font en dirección a este. De fondo, como no podía ser de otra manera, sonaba ‘Amarguras’. La marcha surgió después de que los músicos miraran unas imágenes de la Virgen. En esta ocasión, fue la Virgen la que miró al músico. Lo hizo, además, por última vez, ya que José Font falleció unos meses después.

La saga de los Font dejó en un legado único, especialmente en Sevilla. Dos hermanos con un talento extraordinario para la música que siempre serán recordados cada vez que se interprete alguna nota de las muchas marchas que compusieron. Nos dieron su música y, sobre todo, nos regalaron ese himno al que muchos consideran como la marcha más importante y conocida de la historia de la Semana Santa.

Deja un comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.