La trashumancia ha formado parte de la historia de muchas hermandades de Sevilla. La Hermandad de Jesús Despojado puede dar buena fe de ello, pues antes de llegar a su actual emplazamiento en la Plaza del Molviedro, pasó por hasta tres templos diferentes. La corporación del Domingo de Ramos se fundó en 1938 en la Parroquia de San Marcos, en la calle San Luis, pero tras unos años algo complicados y una reorganización que tuvo lugar en 1955, la hermandad se trasladó a la Parroquia de San Julián.
Allí permaneció hasta 1971, año en el que se produjo un nuevo desplazamiento. En esta ocasión, a la Parroquia de San Bartolomé, ubicada en pleno barrio de la antigua judería sevillana. Fue durante esta época, los años 70′, cuando la hermandad decidió realizar el actual paso de misterio, terminado en 1979 bajo diseño de Antonio Martín Fernández. Sólo tres años más tarde, en 1982, la hermandad realizó su último traslado a su actual ubicación, la Capilla del Mayor Dolor situada en la Plaza del Molviedro, en pleno barrio del Arenal.
Ya en los años 90′, con la hermandad completamente asentada en su nueva sede, se decide realizar una serie de mejoras en el paso de misterio para enriquecerlo y darle un aspecto más portentoso. Es entonces cuando se confía en José Antonio Navarro Arteaga para realizar cuatro imágenes que se ubicarán en las esquinas del paso.
La hermandad quiso que las cuatro imágenes hicieran un guiño especial a la historia de la corporación. Por este motivo, se decidió que fuera cuatro representaciones de San Marcos, San Julián y San Bartolomé (aparece con el demonio encadenado a los pies), en recuerdo de los templos por los que pasó la hermandad, y San Antonio María Claret, ya que la actual capilla de la hermandad perteneció a la Congregación Claretiana. Las cuatro imágenes fueron terminadas entre 1990 y 1991.
Navarro Arteaga, además de estas cuatro imágenes, también talló las capillas de los respiraderos y los santos que aparecen en ellas. Santiago (Capilla frontal), San Gil (Capilla trasera), San Judas Tadeo (Costero izquierdo) y San Juan de Dios (Costero derecho). Todas estas imágenes, en su conjunto, aportan un valor extraordinario al paso de misterio. Destacan especialmente por su fantástica ejecución y policromía y dotan de mayor personalidad a uno de los misterios con más conocidos de la Semana Santa de Sevilla.
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